martes, 3 de mayo de 2011

Proyecto de Exposición: Las estaciones del alma

Esta nueva entrada va dedicada a perfeccionar el proyecto de exposición, que ha sufrido algunos cambios con el fin de mejorarlo.
La exposición seguirá constando de fotografías y textos literarios. El nombre de la exposición será "Las estaciones del alma", pues he querido mostrar ese cambio que sufrimos con las estaciones y que afectan sobre todo a nuestra manera de ver la vida según la época del año. La exposición seguirá constando de la misma distribución y estará montada de la manera ya propuesta, contando con cuatro salas: Otoño de Rutina, Invierno de Infancia, Primavera Demente y Veranos de Limón.
Tanto los títulos de las salas como lo que se expone en ella es una visión de lo que para mí significa cada estación. Y es que, ¿no es el otoño rutinario? Volver a trabajar, volver a coger miles de autobuses, volver a fumar esos cigarros que saben a café...
¿No es el invierno de infancia? Lo asociamos a la navidad, a una navidad de luces de colores, de árboles, de regalos, de madres que nos anudan las bufandas a nuestros cuellos...
¿No es la primavera demente? Las hormonas parece que se vuelven locas, empieza el calor, lo mismo tenemos sueño que estamos nerviosos...
¿Y no es el verano de limón? Los olores del verano, la limonada por la tarde, los frutos que inundan las calles, los colores, tan vivos, la libertad que se respira...
Por ello, por querer dar una visión bastante íntima sobre un tema tan normal en nuestras vidas como son las estaciones, he decidido dar una imagen más personal a la decoración de cada sala.
Ese otoño de mi mente, el Otoño de Rutina, irá decorado con relojes colgados del techo, pudiendo ser con hilo de pescar que es transparente, pues tampoco deben ser muy pesados. Me gustaría que se asemejaran a los relojes de Dalí, como derritiéndose, pues ¿quién no ha deseado alguna vez que los relojes se derritan y nos deje en paz el dichoso tictactictac?

El texto que acompañaría a la sala trataría pues de esa desesperante rutina, de querer enterrar al reloj y no a nosotros mismos entre el humo del tabaco y la ceniza del cenicero.
La iluminación de la sala sería tenue pero a la vez cálida.
El invierno de infancia continuaría estando decorado con luces, pues creo que van a la perfección con las fotos, por tanto tendrían una iluminación muy tenue rota por las luces de colores, dando un aspecto mágico.
El texto que acompañaría a la sala haría referencia a ese invierno que nos hace querer y no poder y que nos trae recuerdos: "(...)Pero no me quedo satisfecha. Porque quiero salir para sentir el amanecer bajo mis pies. Para que me robes otro aliento, para que me pases el humo, de tus labios a los míos. Para que me hables de los sueños vacíos que quedan en tu almohada mientras los pájaros convertidos en aviones nos sobrevuelan. Para que me invites a un café y me preguntes lo de siempre, lo del azúcar y la leche, y yo te diga que no, que prefiero el sabor amargo del café que para dulce ya tengo tu piel. Y entonces nos perdemos entre las sábanas, con las lucecitas de colores que me recuerdan a una navidad feliz, a una navidad de infancia.
(...)" (Fragmento).
La Sala de la primavera iría decorado con tubos transparentes (muy finos) en cuyo extremo se encontraría una flor. Se entiende mejor a través del texto:
"Se deshielan amaneceres cuando amanezco contigo.
No entra el rayo congelado de luz entre mis persianas.
Los relojes dejan de sonar-de molestar.
Las paredes se diluyen y pintan el suelo de rojo.
Las sábanas se rasgan y el colchón recita poemas.
Vamos a rompernos la cabeza fumando y dejando que nuestras neuronas vuelen.
Que le salen alas al viento y cierra las ventanas.
Y el cabecero cuenta nuestras miles de noches en vela.
Y las almohadas nos roban las ideas y se quedan con nuestros sueños."
Por tanto simbolizaría como esos rayos de luz congelados.
La iluminación iría siendo cada vez más viva.
Y por último, la sala del verano seguiría yendo decorada con los pájaros hechos con papiroflexia y colgados con hilo de pescar, pues el verano es libertad y para mí la mejor manera de representarla es con pájaros, pues tienen esa libertad extraña e inalcanzable de volar y sentir la brisa de verdad. El texto que lo acompañaría haría referencia a esa sensación de libertad, la cual no queremos perder: "(...)Congelemos las horas para quedarnos eternamente aquí. En el comienzo del verano, cuando nada te ata y nada te asfixia." (Fragmento).
En esta última sala la iluminación sería más intensa que en cualquier otra.

Cambia también la manera de montar las fotos. Puesto que esto se quedaría en un proyecto, he investigado sobre otras maneras de montar fotos que se escaparían a nuestro presupuesto, pero como no lo tenemos que llevar a cabo pues ¡podemos imaginar!
Por ello, las fotos irían montadas sobre Dibond o aluminio, con lo que a la suma de nuestro presupuesto podríamos llegar a sumarle unos 1500 €, pero el resultado sin duda merecería la pena.
Y por último mi propuesta para promocionarla quedaría así: (además de promocionarla también mediante eventos en redes sociales, sin embargo me gustan más los métodos tradicionales).


Para terminar, pongo las muestras del resto de estaciones:
Sala 1: Otoño de Rutina.





Sala 4: Veranos de Limón:





Y por último, creo conveniente comentar el hecho de que mis fotos se traten de autorretratos. Al principio, cuando comienzas a hacer fotos, ves en el autorretrato como una solución a la falta de modelos y de experiencia de sesiones. Surgen problemas al enfocar, al colocar las cosas de una manera o de otras...pero al fin y al cabo tienes paciencia contigo mismo. Luego ahondas en su significado y te das cuenta de que el autorretrato es la mejor manera de transmitir realmente lo que quieres. Pues eres tú, es tu cuerpo y lo controla tu cabeza, que es donde se encuentran esas ideas, por tanto le da una visión muy personal a la obra.
Y hasta aquí el proyecto de exposición que, sin duda, ojalá algún día se hiciera realidad.